Una vez que los primero
Humanos dejaron su Comunidad y se desplazaron por circunstancias una de superioridad ante su mismo clan, a más de un liderazgo no hay acuerdo que funcione o simplemente ser nómadas, ello nos hace reflexionar lo que hoy podemos observar en nuestro
planeta, la clase humana dentro del esquema a que se situa en la Naturaleza como una Comunidad, plagar el planeta a diferencia del resto de especies, por su capacidad de razonar su existencia llena de emociones en que ha ido transformando su
habitad como medida instintiva para la sobrevivencia y felicidad de aquello que transforma, usa, asi como en la búsqueda constante
de su yo, el porqué, quién y que hay más allá y así pasan los siglos dentro del
planeta en una proyección de repeticiones, nacemos, crecemos, nos multiplicamos y morimos o cambio de estructuras, es lo general de
sucesiones genéticas, hasta atrofiadas por elementos quimicos, en cada
uno hay un código que desarrollar, según las circunstancias del entorno de su programa en que desde el mismo humano transforma con grandes dificultades, como continuación a lo desconocido, solo que el planeta ya es del conocimiento de su redondes y limitaciones al que siempre ha girado en su día y noche, en que nos
movilizamos de un lado para otro en faena acelerados por sabernos vivos en conciencia, cual inmersos en nuestras emociones y siguiendo las reglas establecidas en nosotros
mismos a través de nuestros líderes, a un deber ser fundamentado sobre comunidades,
doctrinas de fe, un deber ser llamado derecho en que transitamos, ignorando otra
manera que la razón aún no contempla pero que no es estático en el tiempo y espacio.
Los estados
emocionales son causantes de la existencia, por ello su control indispensable, asi como conducen también finalizan,
han sido razonadas dentro del humanismo en la filosofía y ciencia para evitar
la extinción de vida del planeta y darle esperanzas de vida, controlarnos a sí
mismos de los instintos llamados malignos que generan emociones al dolor físico,
al dolor intenso del alma y la muerte en que únicamente limita solo el sentimiento
del amor que aunque es proporcionado a un entorno de una persona, se
es inducido en forma general para sostener de alguna manera cualquier
descontrol. En estos tiempos de
controversias políticas es evidente y temeroso el auspiciar estados
emocionales, generan odios sentir que oscurece la consciencia al estado de maldad y ausenta el bueno, es
simplemente por razones en que ambos tienen responsabilidad, pero, estos estados
emocionales son aprovechados y
como única opción la razón buscará la manera de frenarlos simplemente, estos están amalgamados con liderazgos y estados de superioridad en hacinamientos,
sedentarismos a que se han limitados los espacios, la recreación
el esparcimiento interno es muy importante y ello lo han evidenciados unos, un país que se
preocupa en que su sociedad se tenga felicidad aun agrupados, tiene menos índice de situaciones
políticas y sociales ya lo hacia Roma y de alli hay sociedad aislada en una cupula podria decir experimental, luego vemos el éxodo de los
nómadas en circulos viciosos, alejándose de
circunstancias inestables pero que a su vez son parte del bolso viajero, porque va en la conciencia y el alma, lo asiste primero su sobrevivencia particular, familiar y desapercibido del resto que lo
ignora o visualiza hacia lo estigmatizado en que le es representado.
El humano es un ser de fácil acomodo o
adaptación cuando el entorno le favorece para asegurar la supervivencia de los
suyos y el propio, es instintivo y en muchos como en estos tiempo ya podemos
conocer, son causa de pérdida de principios y valores que surgen de raices y no de implantaciones, las
continuas guerras han desplazados comunidades llevando consigo costumbres y
modos este éxodo motivo a la integración familiar entre
las comunidades por motivos económicos especificamente, que llevo al cambio social clase paralela al carecer de lo autoctono del lugar y por ende las propias y asi las generaciones creando una sociedad no amalgamada. Humanos somos pero marcamos territorio como algo instintivo animal que defiende a muerte, limitados por propias y razonadas Leyes que pasan por interpretaciones de aquello en que me situe mi Derecho.