se sentaban en un rincón... bajo la luz de una vela.. para relatar hechos pasados de aquellas experiencias vividas o heredadas... que se iban desarrollando dentro de lo imaginativo del pensar de cada oyente y su consiguiente interpretar, de lo que tal vez, cuando joven se es... se convierta en cuento y mas allá del tiempo en historia, ... quizás algún futuro que se asoman con los tiempos, podría decirse que se asesoraban bajo la voz de aquel que narraba que emanaba sabiduría, en donde, ni imaginarse podría mentir pudiese, ni a que su memoria engrandeciese a su ego por su sabiduría creerse, ante la mirada inocente que mirase.
Relatos que guardados en su memoria ante una realidad vivida o evidenciada a un entorno u otro... solo que paralelo... siempre lo ha sido, pues, también estan aquellos, los otros, a este que simplemente, andan sus pasos por encima de los caídos del relato creído, en la senda abierta de quienes han llorado... mojado el camino sangradas su almas en escarpar los senderos... a un derecho de vida.. porque también de ellos la vida y su derecho.
Es así... que el tiempo ha pasado... y las velas reposan esperando un tal vez, nunca acabadas aguardan en recinto sagrado.
Sigue allí, igual, algún rincón iluminado, bajo la luz fluorescente hoy que emana del hermoso diseño...tal vez encima o a los lados de la mesa... donde se hablan de la Historia en razonamientos comunes, no hay tiempo ya para el cuento tan largo, es corto tan corto que no da tiempo a la historia, ya nadie cuenta una historia, ya casi ni andas un sendero y menos va ya siendo el camino... es otro.
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